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Los expertos en enfermedades infecciosas en China y el resto del mundo han hablado de que la probabilidad de que ocurra una segunda ola de la pandemia de coronavirus COVID-19 es muy alta. Y el país asiático se encuentra alerta ante estas advertencias.
Las autoridades cerraron una ciudad china por un nuevo brote de coronavirus: Harbin, la capital de la provincia de Heilongjiang, que ahora presenta más casos de enfermos de COVID-19 con 537 confirmados en una población de 10 millones de personas.
Según un reporte de Reuters, las personas no locales y los vehículos con registro en otras ciudades del país, tienen prohibido el acceso a Harbin desde el martes pasado. Esta decisión recrudece las medidas que ya habían sido impuestas de aislar durante 28 días a las personas que llegaran de otros países o de otras áreas epidémicas.
Particularmente, la provincia de Heilongjiang ha centrado su atención en identificar a los ciudadanos infectados que provienen de Rusia, país con el que comparte frontera, para detener la propagación del virus. Además, los locales no pueden realizar reuniones de ninguna índole, y las bodas y los funerales no deben llevarse a cabo.
Un hombre infectó a 78 personas
Reuters refiere el caso de un hombre de 87 años de Harbin, identificado con el apellido Chen, que en marzo pasado cenó en su casa con los amigos de su hijo. Cuatro días después fue ingresado al hospital con coronavirus.
Desde el 2 de abril, Chen fue atendido en dos hospitales distintos y se calcula que, hasta el 21 de abril, había infectado ya a 78 personas, entre familiares, médicos, enfermeras y pacientes de los hospitales y sus allegados.
