El gobierno letón acordó implantar el confinamiento estricto, así como un toque de queda nocturno durante las próximas cuatro semanas, ante el aumento de los contagios de COVID-19 y mientras solo un 50% de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna. Siguen a la advertencia del Centro para Prevención y Control de Enfermedades de Letonia, según el cual el país báltico está registrando la más alta incidencia de nuevos positivos del mundo. Se trata de las medidas más severas adoptadas por este país desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020. Letonia se encuentra en medio de un fuerte repunte de infecciones.
La medida, que regirá hasta el 15 de noviembre, fue anunciada por el primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins. «Me disculpo con los que están vacunados, pero las restricciones aplicarán para todos», anunció Karins a periodistas tras una reunión de 10 horas con su gabinete. «Aún hay mucha gente sin vacunar que se infecta de COVID y muere en el hospital», agregó. Los hospitales en todo el país dejaron de atender enfermedades como cáncer para concentrarse en pacientes de COVID-19 que requieren cuidado intensivo.
Europa del Este, foco de la pandemia por baja vacunación
En torno al 72% de los adultos en la Unión Europea de 27 países han completado su vacunación contra el COVID-19, pero una persistente baja aceptación en algunos países del este de Europa amenaza con sobrepasar los hospitales en una ola de infecciones atribuida a la contagiosa variante delta. Bulgaria y Rumanía se han quedado muy rezagadas como los países con menos vacunados de la UE, con apenas un 22% y un 33%, respectivamente, de adultos inmunizados. Los casos crecen con rapidez, lo que ha forzado a las autoridades de ambos países a endurecer las restricciones contra el virus. Mientras tanto, otros países del bloque como Francia, España, Dinamarca y Portugal han superado una tasa de vacunación del 80% y levantado restricciones.
Pero la aceptación en muchos países del centro y el este de Europa se ha mantenido baja o ha caído.