La caravana migrante avanza cansada y enferma en su décima jornada por el sur de México mientras que activistas piden investigar y esclarecer la muerte por un balazo de un cubano en un crimen que atribuyen a las autoridades. La caravana, conformada por alrededor de 5,000 migrantes -en su mayoría centroamericanos y haitianos-, reanudó su camino este lunes, y avanzaron unos 20 kilómetros más hasta llegar a la comunidad de Nueva Milenio Valdivia, perteneciente al municipio de Pijijiapan, del suroriental estado de Chiapas.
Resienten larga travesía
Germán Hernández, un migrante hondureño, denunció este lunes que las autoridades mexicanas en Mapastepec les han negado la comida porque quieren que la caravana regrese a Tapachula -municipio fronterizo con Guatemala-, por lo que han ido pidiendo en el camino y muchos van sin comer. «Seguiremos porque siempre Dios va con nosotros y pedimos por los miembros de la caravana y porque buscamos un futuro mejor para nuestros hijos», agregó la mujer, quien destacó la solidaridad del pueblo mexicano.
Muere un cubano
Además de la dureza del viaje, la misteriosa muerte por un balazo de un cubano que se había adelantado al grupo más nutrido de la caravana preocupa a migrantes y activistas. Activistas que acompañan a la caravana migrante, como Irineo Mujica de Pueblo Sin Fronteras, denunciaron este lunes que en las últimas horas la Guardia Nacional de México atacó a balazos a varios migrantes, causando al menos 13 heridos. Mujica aseguró que acudieron al centro médico donde se atiende a varios migrantes heridos de bala por la Guardia Nacional, y pidió a la ONU que atendiera el suceso. Esta nueva caravana se puso en marcha luego de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraron el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula, municipio de Chiapas fronterizo con Guatemala.