Con Ana Cecilia
¿Quién eres Tú?
Recuerda quién eres tú: un ser humano. No un hacer humano.
Tú no eres lo que haces.
Tú eres un ser de paz, amor y felicidad.
Cuando te permites a ti mismo ser, te vuelves centrado, firme y enfocado.
Entonces eres capaz de traer tu ser a tu hacer.
Abandonar o no Abandonar
Cuando las cosas se pone difíciles, ¿abandonas y te vas de la situación? Desde luego que a veces abandonar e irse es la elección correcta. Pero abandonar e irse no siempre significa evitar la situación. Invariablemente nos encontraremos en una situación similar en el futuro. Eso significa que cualquier cosa de la que huimos, solamente la estamos posponiendo.
Así que sé honesto contigo mismo acerca de por qué abandonas o no algo. Y reconoce la debilidad dentro de ti que está disparando la situación. Después trabaja en tu cambio para construir las fortalezas que te permitan superar situaciones similares en el futuro.
¡La Elección es Tuya!
Hay algunas cosas en la vida que no pueden ser cambiadas, pero hay algunas elecciones que tú puedes hacer:
– amar u odiar
– abrazar o ignorar
– aceptar o resistir
La necesidad de tener la razón
¿Quién no disfruta de tener la razón?
Pero esto se vuelve un problema cuando cuando la conversación se convierte en una discusión en la que cada uno quiere probar que tiene la razón.
Incluso cuando sabes que tú estás en lo correcto, en lugar de tratar de ganar la discusión y probar que la otra persona está equivocada, trata de:
– soltar y dejar ir tu necesidad de tener la razón
– mantenerte abierto a otras posibilidades
– discutir pero en busca de una mejor comprensión
Dentro de Nosotros
Lo que yace atrás de nosotros y lo que yace delante de nosotros, no es más que pequeños detalles comparado con lo que yace dentro de nosotros.
Cambiar los pensamientos es la habilidad de cambiar también las palabras.
Cuando nos sorprendemos a nosotros mismos diciendo palabras rudas o desvalorizantes, nos damos cuenta y quisiéramos cambiar. Realmente no nos gusta hablar así. Sin embargo vemos que es muy difícil cambiar nuestra forma de hablar. Tratar de hacerlo a nivel de las palabras, no produce cambio alguno, pero cuando cambio mis pensamientos hacia la otra persona, la semilla de mis pensamientos producirá también cambios en mis palabras. Este día tendré buenos deseos hacia todos aquellos con los que me encuentre. Especialmente hacia aquellos que no me son muy agradables. Esto me ayudará positiva y poderosamente con mis palabras también. Entonces, lo que yo diga será de beneficio para aquellos con quienes yo me relacione.