Por la tarde del miércoles, todos los miembros del sindicato de profesores de Chicago dieron su aprobación al plan de seguridad que incluye una mayor cantidad de pruebas diagnósticas y métricas para cerrar las escuelas durante brotes. El presidente del sindicato Jesse Sharkey dijo que el acuerdo «no es un jonrón», pero era «lo más que podíamos conseguir por ahora». Los problemas de Chicago para seguir enseñando a los niños durante el alza de casos provocada por la variante ómicron del coronavirus son parecidos a los que enfrentan otros distritos escolares del país, pero la discusión más reciente entre los profesores y la alcaldesa Lori Lightfoot llamó la atención de la Casa Blanca y del gobernador del estado. El sindicato, que aprobó la semana pasada volver a las clases a distancia, dijo a los profesores que no se presentaran en las escuelas a partir del 5 de enero mientras se llevaban a cabo las negociaciones.
También se opuso a las exigencias de los profesores de un programa de pruebas que pudiera examinar aleatoriamente a todos los estudiantes a menos que sus padres no lo autorizaran.
