Edimburgo (R.Unido).- En un profundo silencio colectivo, miles de escoceses dieron este lunes el último adiós a la reina Isabel II en Edimburgo, donde levantaron los móviles para captar el paso del cortejo fúnebre por el casco histórico de la capital de Escocia hasta la catedral gótica de St. Giles.
Con paso lento y el sonido de un cañonazo disparado cada minuto desde el castillo de Edimburgo, el cortejo fúnebre, con el rey Carlos III y sus hermanos, Ana, Andrés y Eduardo, detrás, avanzó por la Royal Mile, la avenida que atraviesa la parte más antigua de Edimburgo, hasta el templo donde se instaló la capilla ardiente.
En esta imponente catedral, el féretro con los restos de Isabel II permanecerá 24 horas para que los escoceses puedan despedirse de su soberana, fallecida en el castillo de Balmoral (noreste de Escocia) el día 8 a los 96 años, hasta que este martes sea llevado a Londres.
Los guardias del Regimiento de Escocia, con sus faldas tartán y sus boinas escocesas, flanquearon el coche fúnebre a lo largo del trayecto, colorido pero marcado por la visible tristeza de la gente.
Por detrás de los hijos de Isabel II y el vicealmirante Tim Laurence, marido de la princesa Ana, iban en el coche real la reina consorte, Camilla, y Sofía, esposa del príncipe Eduardo.
Sobre el estandarte real de Escocia que cubría el ataúd de roble se ha colocado una corona formada por fresias blancas, crisantemos, brezos, cardos, romero, flores de hebe y de pitosporo.
EL ATAÚD CON ESTANDARTE REAL Y CORONA EN LA CATEDRAL
Una vez que el ataúd fue montado sobre el catafalco, Alexander Douglas-Hamilton, decimosexto duque de Hamilton, fue el encargado de situar la corona de Escocia hecha en oro, plata y piedras preciosas sobre un cojín colocado encima del féretro.
Afuera del templo, a ambos lados de la avenida Royal Mile, por donde pasó el cortejo, miles de personas se agolparon desde temprano detrás de las barreras para ser testigos de este momento histórico.
LA CAPILLA ARDIENTE EN LA CATEDRAL
porque quiso venir a esta capilla? porque «Edimburgo es una ciudad hermosa, histórica y un lugar adecuado» para que los restos de Isabel II reposen en la catedral antes de ser llevados a Londres.
La gente podrá formar fila en unas barreras ya instaladas para acceder a la catedral y dar el último adiós a la reina.
Las autoridades escocesas han pedido a la gente que no se detenga frente al ataúd y anticiparon que puede haber muchas horas de espera antes de poder acceder a la catedral.
El rey Carlos III, proclamado ya soberano en una ceremonia el sábado en el palacio londinense de St. James, celebra este lunes una reunión con la nacionalista Sturgeon, como parte de sus viajes por las regiones británicas antes del funeral de Estado.
El pasado martes, los restos mortales de Isabel II fueron llevados a Londres en un avión militar hasta la base de la Real Fuerza Aérea (RAF) de Northolt, en el que viajarón la princesa Ana y su marido Tim Laurence.
El funeral de Estado tendrá lugar el próximo 19 de septiembre en la Abadía de Westminster, y se espera la asistencia de jefes de Estado, entre ellos los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
LOS RESTOS DE ISABEL II LLEGAN AL PALACIO DE BUCKINGHAM
Los restos de Isabel II regresaron el pasado martes al palacio de Buckingham, la que fue su residencia oficial durante las siete décadas de su reinado, donde reposarán hasta que el miercoles se oficie un cortejo fúnebre y el féretro quede instalado en una capilla ardiente en el palacio de Westminster.
El ataúd de la soberana, fallecida el pasado jueves con 96 años en el castillo de Balmoral (Escocia), fue trasladado en un avión de la Real Fuerza Aérea británica desde Edimburgo a la base militar de Northolt, a las afueras de Londres, desde donde recorrió unos 25 kilómetros en un vehículo fúnebre, bajo una fina llovizna, hasta el centro de la capital británica.
El féretro, cubierto con el estandarte real, fue descargado por ocho militares en uniforme de gala del Boeing C-17A Globemaster que lo trasladó desde Escocia, el mismo modelo de aeronave de gran tonelaje utilizado en los últimos meses para evacuar a personas de Afganistán y entregar armas a Ucrania.
Ante la mirada de la princesa Ana, única hija de Isabel II, que acompañó a los restos mortales en el vuelo hacia Londres, así como de la primera ministra británica, Liz Truss, y el ministro de Defensa, Ben Wallace, el ataúd fue introducido en un vehículo Jaguar Land Rover fúnebre que se estrenaba para la ocasión. En su diseño participó personal de la Casa Real y fue consultada la propia reina.
«Ha sido un honor y un privilegio acompañarla en sus últimos viajes», indicó Ana en un comunicado divulgado mientras el avión aún estaba en el aire.
«Tuve la fortuna de compartir las últimas 24 horas de vida de mi querida madre (con ella)», agregó la princesa, que agradeció al mismo tiempo el «respaldo y la comprensión» que ha recibido su hermano mayor, Carlos III, al «aceptar las responsabilidades añadidas del rey».
Desde primera hora de la tarde, miles personas se habían apostado en las calles del centro de la capital británica para ver pasar el féretro de la reina.
El miércoles, una solemne procesión fúnebre llevará los restos de la monarca desde el palacio de Buckingham hasta la sede de las cámaras parlamentarias del Reino Unido.
El rey Carlos III y otros miembros de la familia real caminarón tras el ataúd, instalado en la sede del Parlamento británico a las 15.00 hora local (14.00 GMT), custodiado por soldados de unidades asignadas a la Casa Real durante las 24 horas del día y la noche.
A partir de las 17.00 hora local (16.00 GMT) se abrió al público la capilla ardiente, que fue visitada por hasta 400.000 personas hasta el próximo lunes, cuando tendrá lugar el funeral de Estado por Isabel II.
CARLOS III PROMETE EN EL PARLAMENTO RESPETAR LOS PRINCIPIOS
CONSTITUCIONALES
El rey Carlos III del Reino Unido afirmó este lunes en su primer discurso ante los miembros del Parlamento británico que reinará de forma «desinteresada» como lo hizo su madre, Isabel II, y con respeto «a los principios constitucionales».
Carlos recordó el legado de la soberana, en respuesta a los mensajes de condolencia que previamente le transmitieron los presidentes de la Cámara de los Lores (alta), John McFall, y los Comunes (baja), Lindsay Hoyle, en el edificio de Westminster Hall.
McFall y Hoyle alabaron la labor «de liderazgo y servicio» de su difunta majestad y prometieron lealtad al nuevo monarca, con la confianza de que reinará en base al principio constitucional de monarquía parlamentaria.
EL REY CARLOS III CONSTRUYÓ SU PROPIO IMPERIO MUCHO ANTES DE HEREDAR EL DE SU MADRE.
Carlos, que accedió formalmente al trono británico el sábado, pasó medio siglo convirtiendo su patrimonio real en un portfolio de miles de millones de dólares y uno de los generadores de dinero más rentables en el negocio de la familia real.
Mientras que su madre, la reina Isabel II, delegó en gran medida la responsabilidad de su portfolio, Carlos estuvo mucho más involucrado en el desarrollo de la propiedad privada conocida como el Ducado de Cornualles. Durante la última década, reunió un gran equipo de gerentes profesionales que aumentaron el valor y las ganancias de su portfolio en aproximadamente un 50%.
EL PRÍNCIPE WILLIAM SE CONVIERTE EN EL NUEVO HEREDERO AL TRONO BRITÁNICO
William y su esposa, Kate Middleton, asumieron también este jueves el ducado de Cornualles, título que designa al primogénito del monarca británico reinante, y desde ahora son duques de Cornualles y Cambridge.
LOS HIJOS DE HARRY Y MEGHAN AHORA SON “PRÍNCIPES”
Archie Mountbatten-Windsor y Lilibet Diana Mountbatten-Windsor ahora tienen derecho a los títulos de «príncipe» y «princesa», a menos que el rey Charles III cambie los protocolos.
Sin embargo, los únicos bisnietos de la difunta reina Isabel II con títulos reales fueron los tres hijos del príncipe William: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis. Los otros nueve bisnietos, incluidos Archie y Lilibet, no son príncipes ni princesas.
Eso se debe a un decreto emitido por el rey George V en 1917 que limita los títulos de príncipe y princesa a los hijos del monarca, los nietos del monarca y «el hijo mayor vivo del hijo mayor del Príncipe de Gales», que es el príncipe George.